El tipo más común es el glaucoma de ángulo abierto. Normalmente no tiene síntomas y por eso se ha conocido como “el ladrón de la vista”. Probablemente sea causado por la obstrucción del humor acuoso por parte del ojo. El humor acuoso se produce en el cilindro del cuerpo del ojo y luego fluye por las pupilas hasta la cámara interna. Luego, la red trabecular drena el líquido al canal de Schlemm y finalmente al sistema venoso. Todos los ojos tienen una determinada presión intraocular que está causada por la resistencia del flujo acuoso en los canales trabeculum y Schlemm. Si la presión intraocular es demasiado alta (más de >21.5mm Hg), la presión ejercida en las paredes del ojo resulta en una compresión de las estructuras oculares.
El glaucoma de ángulo cerrado agudo se caracteriza por una subida aguda de la presión intraocular. Esto ocurre en un ojo susceptible cuando la pupila se dilata y frena el fluido que pasa a través de ella, resultando en un bloqueo de la red trabecular por parte de la zona exterior del iris. El glaucoma de ángulo cerrado agudo puede causar malestar, disminución del campo visual (visión borrosa) y puede desembocar en una pérdida de visión irreversible en un corto espacio de tiempo. Esta es una situación ocular que requiere un tratamiento urgente e inmediato. Muchas personas con glaucoma sufren halos alrededor de luces brillantes y pérdida de nitidez característicos de esta enfermedad.
El glaucoma de ángulo cerrado agudo se caracteriza por una subida aguda de la presión intraocular. Esto ocurre en un ojo susceptible cuando la pupila se dilata y frena el fluido que pasa a través de ella, resultando en un bloqueo de la red trabecular por parte de la zona exterior del iris. El glaucoma de ángulo cerrado agudo puede causar malestar, disminución del campo visual (visión borrosa) y puede desembocar en una pérdida de visión irreversible en un corto espacio de tiempo. Esta es una situación ocular que requiere un tratamiento urgente e inmediato. Muchas personas con glaucoma sufren halos alrededor de luces brillantes y pérdida de nitidez característicos de esta enfermedad.
Las personas con un historial de glaucoma en su familia tienen un seis por cierto más de posibilidades de desarrollar glaucoma. Los diabéticos y las personas de color tienen más posibilidades de desarrollar glaucoma de ángulo abierto, mientras que los asiáticos tienen más opciones de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado. En principio, todas las personas mayores de 25 años deberían hacer controles de glaucoma, aumentando los controles a lo largo de los años. La mitad de la gente que tiene glaucoma no lo sabe.
En 2004, un estudio publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health sugiere que los usuarios de ordenador que pasan mucho tiempo delante de un monitor pueden tener más riesgo de desarrollar la enfermedad.
La revisión del glaucoma se realiza como parte de la revisión ocular estándar realizada por un oftalmólogo o un optométrico. En las pruebas de glaucoma deberían comprobarse las medidas de la presión intraocular y examinar el nervio óptico para observar cualquier anomalía. Si hay cualquier sospecha de daños en el nervio óptico, se debe hacer una prueba de campo de visión. También se puede aplicar una oftalmoscopia láser.
Entre los estudios que mas información aportan sobre los cambios estructurales del nervio óptico se encuentra la tomografia del disco óptico realizada con láser, llamada hrt (Heidelberg retinal tomograph), de la cual existen varias versiones segun el software utilizado y resolución de la prueba. En la que puede sistematizarse hallazgos de borde del anillo, hemorragias, y profundidad de la lesión del nervio óptico, así como del grosor de la capa de fibras nerviosas funcionales y de soporte. Siempre debe realizarse una campimetría computarizada y una tomografia láser hrt para buscar el diagnóstico según los criterios de Farrera: cambios en el campo visual correspondientes con hallazgos morfológicos en concordancia con las areas afectadas, y las dimensiones de cada estructuras del nervio optico.
En 2004, un estudio publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health sugiere que los usuarios de ordenador que pasan mucho tiempo delante de un monitor pueden tener más riesgo de desarrollar la enfermedad.
La revisión del glaucoma se realiza como parte de la revisión ocular estándar realizada por un oftalmólogo o un optométrico. En las pruebas de glaucoma deberían comprobarse las medidas de la presión intraocular y examinar el nervio óptico para observar cualquier anomalía. Si hay cualquier sospecha de daños en el nervio óptico, se debe hacer una prueba de campo de visión. También se puede aplicar una oftalmoscopia láser.
Entre los estudios que mas información aportan sobre los cambios estructurales del nervio óptico se encuentra la tomografia del disco óptico realizada con láser, llamada hrt (Heidelberg retinal tomograph), de la cual existen varias versiones segun el software utilizado y resolución de la prueba. En la que puede sistematizarse hallazgos de borde del anillo, hemorragias, y profundidad de la lesión del nervio óptico, así como del grosor de la capa de fibras nerviosas funcionales y de soporte. Siempre debe realizarse una campimetría computarizada y una tomografia láser hrt para buscar el diagnóstico según los criterios de Farrera: cambios en el campo visual correspondientes con hallazgos morfológicos en concordancia con las areas afectadas, y las dimensiones de cada estructuras del nervio optico.
Aunque la presión ocular es sólo una de las causas del glaucoma, reducir esta presión es el tratamiento más usado hoy en día. Para esto se cuenta con fármacos que disminuyen la producción de humor acuoso, incrementan su velocidad de reabsorción, y aumentan el flujo circulatorio al nervio optico, con lo que se obtiene neuroprotección. Por estas causas el tratamiento es básicamente con fármacos, siendo los procedimientos quirúrgicos para casos refractarios o complicaciones agudas.
La presión intraocular elevada se puede tratar con colirios que disminuyen la presión del ojo. Hay varias clases de medicamentos que pueden usarse para tratar el glaucoma de ángulo cerrado, aunque la mayoría tienden a ser colinomiméticos. En el glaucoma de ángulo abierto los más comunes son los beta bloqueantes (bloqueadores), como el timolol, y los derivados de las prostaglandinas (latanoprost, travaprost). También se emplean diuréticos hiperosmóticos como el manitol en crisis hipertensivas oculares., y bloqueadores de la anhidrasa carbónica como la acetazolamida y dorzolamida.
Para tratar el glaucoma se usa tanto la cirugía láser como la tradicional. La trabeculoplastia láser se usa para tratar el glaucoma de ángulo abierto. Se usa argón o Nd:Y AG en el láser que se aplica a la red trabecular para estimular la apertura de los conductos y así aumentar el flujo de líquido acuoso. La iridectomía periférica láser se usa en pacientes con glaucoma de ángulo cerrado. En ella, el láser apunta al iris para hacer una obertura en él. Esto abre una nueva vía por la cual el fluido puede pasar cuando la pupila dilatada se obstruye. La cirugía convencional más usada en el glaucoma es la trabeculectomía. Con este tratamiento, se realiza una pequeña solapa en la parte escleral del tabique del ojo y una salida debajo de la solapa para quitar una parte de la red trabecular. Luego, la salida se sutura levemente y puesta en su sitio. Esto permite que los fluidos puedan salir del ojo y así aliviar la presión intraocular. También se usan varios tubos pequeños que se colocan dentro de la cámara del ojo y fuera en la parte interior de la mucosa conjuntival para permitir que el fluido pueda salir del ojo.
Aunque el glaucoma puede o no tener efectos significativos, un efecto inevitable es la pérdida del campo de visión (campimetría). La pérdida de visión del glaucoma afecta primero a la parte periférica del campo de visión. La pérdida de visión temprana se produce de manera súbita y el paciente no es consciente de ello. La pérdida de visión moderada o severa puede ser detectada por el paciente al poner a prueba su visión periférica. Esto puede hacerse tapando uno de los ojos y examinando la visión en las cuatro esquinas del campo visual en cuanto a claridad y nitidez, luego se repite la prueba con el otro ojo. Muy frecuentemente, el paciente no detecta pérdida de visión hasta que sufre “visión túnel”. Si la enfermedad no se trata, el campo de visión se irá cerrando cada vez más y más, se oscurecerá la parte central y finalmente degenerará en una ceguera total progresiva en el ojo afectado (o afectados).
La pérdida de visión debido al glaucoma es irreversible, pero se puede prever o disminuir con el tratamiento adecuado. Si sospecha que puede tener glaucoma o que tiene factores de riesgos, es recomendable visitar al oftalmólogo o al optométrico.
La pérdida de visión debido al glaucoma es irreversible, pero se puede prever o disminuir con el tratamiento adecuado. Si sospecha que puede tener glaucoma o que tiene factores de riesgos, es recomendable visitar al oftalmólogo o al optométrico.
Hay muchas enfermedades que no se curan nunca y tanto el enfermo como los médicos tienen que preocuparse para que no progresen a lo largo de los años. Una enfermedad crónica puede permanecer estable (efecto buscado) o progresar (cambio significativo hacia el deterioro). Entre ellas la diabetes y el glaucoma son dos ejemplos típicos con una prevalencia elevada. En un momento dado hay muchos pacientes supervisados pero van aumentando por efecto acumulativo y de las mejoras diagnósticas (diagnóstico precoz). Estos pacientes, jóvenes o menos jóvenes, tienen que adherirse a su problema y colaborar para siempre con su médico tratante. Cada período de tiempo fijo (pongamos seis meses) tienen que someterse a revisión de un superespecialista diabetólogo o en su caso glaucomatólogo que debe valorar toda una batería de pruebas para comprobar la estabilidad o deterioro de su riñón, sus arterias, su retina, su páncreas, su tensión ocular, su nervio óptico o su campimetría. Al momento presente el Sistema Público de Salud español está pensado para la curación y no cuenta con la planificación ni con el número suficiente de especialistas ni de infraestructuras para un seguimiento correcto de la progresión de enfermedades crónicas acumuladas. Incluso algunos Servicios Sanitarios de Comunidades Autónomas, aunque atiendan moderadamente el problema de la diabetes , no consideran la necesidad de especialistas y Unidades de Glaucoma. Cada vez hay más pacientes que viven más tiempo y el efecto corrosivo de estas enfermedades sobre la calidad de vida es parte de la amargura de esta gente en sus años finales .
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